Amado sobrino, te doy la
bienvenida a este planeta, a este continente, a este país, llegas el último día
de un mes particular, donde recordamos el horror de un golpe y sus
consecuencias funestas para pasar luego, a una fiesta que hasta Dionisio
envidiaría. Llegas a una familia un tanto atomizada, es cierto, pero ¿qué mejor
excusa sea que llegues a ser el motivo de reunión, de dicha, de esperanza?
Amado sobrino hay demasiado que
te quiero contar, mucho de lo que quisiera advertirte, pero estoy seguro que a
medida que vaya pasando el tiempo podré hacerlo. Debo advertirte sin duda del
doble estándar tremendo de este país, de este laboratorio mal hecho al final
del globo, deberás tener cuidado de la traición que siempre está a la vuelta de
la esquina, deberás aprender de nuestra historia y sentirte orgulloso de ser un
Allende (y te contaré por supuesto la historia de un gran demócrata que como en
mi ha dejado una impronta, también espero la deje en ti), debo advertirte Amaro
las consecuencias de ser distinto en un país asquerosamente homogéneo.
Deseo amado sobrino que tu
infancia no termine por asuntos “biológicos”, deseo que juegues todo cuanto
quieras jugar, que seas capaz de tomar tu vida en tus manos y que las
construyas a tu antojo, quiero que sepas que siempre estaré ahí cuando
necesites las herramientas necesarias, deseo Amaro que en la desgracia puedas
ver oportunidades, que cada obstáculo te engrandezca, la vida es para quienes
luchan, no para pusilánimes que se ocultan en su dolor. Deseo loquillo, que
siempre y pese a todo (y a veces pese a “todos/as”) seas feliz, seas un hombre
pleno.
La verdad no sé como será el
Chile en el que te toque crecer, espero que sea uno menos pacato, menos
tradicionalista, menos absurdo, que sea un país con mayor igualdad, donde en
verdad se respete la diferencia y que la máxima que impere sea “no dañarás a
otros/as.
Ama como si cada segundo fuese el
último, respira y arrójate a la vida sin miedo, piérdete en el torbellino en el
que la vida te quiera atrapar. No temas cometer errores, ellos te enseñan y así
además te reconoceré parte de mi especie. Si caes y te levantas costará más que
vuelvas a caer y ese dolor te fortalecerá, este mundo es de los fuertes amado
sobrino, siempre te lo repetiré (aunque me encuentres un viejo latero)
Ahora tengo en mis manos el
periódico que compré el día de hoy, el cual te entregaré Amaro el día que
cumplas 18 años, albergo la lejana esperanza de que este sea un país mejor y si
no lo es, espero que elijas el camino correcto, no el sencillo, espero que
ayudes a construir un país justo, decente, que en cada espacio en el que te
toque estar marques la diferencia.
Somos uno con la tierra, nuestra
amada tierra, pero serás único y grande, desde ya mi amor incondicional, desde
ya todos mis pensamientos para ti, desde ya tu soy tío, escudero y amigo,
bienvenido querido sobrino, el mundo es un caos, el mundo es un desastre, pero
calma, muchos/as estamos trabajando para usted.
Bienvenido querido Amaro León
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